En un embarazo normal, la realización de ejercicio físico moderado es totalmente seguro para ti y tu bebé.
La actividad física durante el embarazo ha demostrado ser beneficiosa tanto para ti como para tu bebé. En ti, se producen efectos beneficiosos a nivel físico y psicológico incluyendo mejor función cardiovascular, menor riesgo de desarrollar diabetes gestacional, menor riesgo de desarrollar preeclampsia, mayor elasticidad en las articulaciones, menor duración del trabajo de parto, menos problemas de obesidad y menor tasa de síntomas depresivos y de insomnio. Además, la realización de ejercicio alivia algunos de los síntomas comunes como la hinchazón de las extremidades y el dolor lumbar. A nivel fetal, también existen algunos beneficios, como una reducción de la tasa de grasa corporal en el recién nacido, que se mantiene en etapas posteriores.
Hay ciertas cosas a tener en cuenta a la hora de practicar ejercicio físico durante el embarazo, por ejemplo hacer calentamiento previo o hidratarse correctamente. Previo a realizar ejercicio, debes realizar una correcta ingestión de calorías y limitar las sesiones de ejercicio a menos de 45 minutos para evitar hipoglucemias (azúcar baja). Es conveniente hacer ejercicio regular un mínimo de tres veces por semana. No se recomiendan las actividades competitivas. Si previamente eras sedentaria, debes comenzar con 15 minutos de ejercicio tres veces a la semana, aumentando la duración de las sesiones gradualmente, hasta llegar a los 30 -45 minutos diarios, mínimo cuatro veces por semana.
Las actividades físicas intensas deben ir precedidas de un periodo de calentamiento muscular de 5 minutos.
Durante las sesiones de ejercicio, te debes hidratar correctamente, utilizar ropa adecuada y no exponerte al sol intenso durante largos periodos de tiempo.
No es recomendable hacer ejercicios en posición supina (boca arriba) a partir de las 16 semanas, para evitar que se te baje la presión arterial causada por la compresión de la vena cava por el útero.
Un deporte muy recomendable es la natación. Sin embargo, las embarazadas no deberían bucear.
En general, siempre que presentes pérdida de visión durante el ejercicio, náuseas, mareo, desmayo, falta de respiración o palpitaciones, debes parar de forma inmediata y descansar y consultar al médico.
Las actividades que se han demostrado seguras durante la gestación incluyen actividades aeróbicas (andar, correr, bicicleta estática, natación, ejercicios acuáticos y aeróbicos), estiramientos, yoga o Pilates. Por el contrario, están contraindicados el buceo así como los deportes con riesgo de pérdida de equilibrio o riesgo de traumatismo abdominal (equitación, esquí, hockey, ciclismo, motociclismo, boxeo, artes marciales etc).