
El embarazo está asociado con muchos cambios fisiológicos que afectan básicamente todos los órganos del cuerpo incluyendo la piel; de hecho, durante el embarazo más del 90% de las mujeres tienen cambios significativos y complejos en la piel que pueden tener un gran impacto en su vida. Muchos de estos cambios se deben a la producción de una variedad de proteínas y hormonas nuevas por la placenta, que mantienen el embarazo, y por el aumento de la actividad de importantes glándulas del cuerpo.
Los cambios fisiológicos y esperados durante el embarazo incluyen la hiperpigmentación, la cual es el cambio de la piel más común durante el embarazo y se da por niveles aumentados de MSH, estrógenos y progesterona. Específicamente el estrógeno aumenta la producción de melanina, lo que resulta en el deposito de esta en la dermis y epidermis. La hiperpigmentación puede ocurrir desde el primer trimestre en regiones como los pezones y las áreas genitales, más adelante la aparición de la línea nigra en el abdomen, el cloasma, y entre el 6to y 7mo mes del embarazo a aparición de estrías de distención.
Cambios en el cabello como moderado hirsutismo, el cual es un aumento en la cantidad y el grosor del vello, especialmente después de la segunda mitad del embarazo, y posteriormente en el postparto una importante caída de cabello más evidente entre las 6 y 16 semanas del puerperio.
Aparición de arañitas vasculares en el rostro, cuello, pecho y brazos; y aumento de la función de las glándulas como las sudoríparas, y en el tercer trimestre de las glándulas sebáceas que predisponen a acné. Estudios describen que a más del 40% de las mujeres embarazadas se les puede encontrar acné, esto siendo más común en aquellas pacientes con historia de acné. El curso del acné durante el embarazo es impredecible y en algunas pacientes con relativa mayor frecuencia el acné mejora durante el primer trimestre del embarazo, mientras que en otras empeora. Pero la tendencia es al empeoramiento en el tercer trimestre como efecto del aumento de las concentraciones de andrógenos maternos y sus resultados sobre la producción de sebo. Su tratamiento puede ser desafiante porque muchas opciones de tratamiento comúnmente usados y muy efectivas, están contraindicadas durante el embarazo. Sin embargo, tenemos muchas otras opciones que son seguras y efectivas.
En términos generales, mantener una rutina de cuidado de la piel durante el embarazo es fundamental. Esta rutina debería incorporar uso del protector solar, limpieza del rostro en la mañana y la noche con productos individualizados según el tipo de piel y uso de hidratante facial. Adicionalmente para el manejo de cloasma o acné será necesario el uso de productos especializados, evitando siempre durante la gestación productos teratogénicos como la hidroquinona y los retinoides.